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Constitucionalista y penalista: los cupos de abogados externos que se abren en la Suprema

La figura del abogado externo tiene la potencialidad de que aporta una mirada distinta a los jueces por su práctica en el mundo privado

Publicación: Pauta

Si el 3 de febrero dejó la Tercera Sala Constitucional de la Corte Suprema la ministra María Eugenia Sandoval, el 13 de febrero jubiló el juez de la Segunda Sala Penal Carlos Künsemüller.

Tras la salida de Künsemüller no solo quedarán tres ministros en la Suprema que llegaron como abogados externos –Andrea Muñoz, Arturo Prado y Ángela Vivancosino que el Pleno tendrá que llamar a concurso y ver cuál es el perfil que quiere para sumar al máximo tribunal.

En paralelo se abrió otro cupo, pero para un ministro de carrera judicial luego de la muerte, en enero pasado, de Carlos Aránguiz (67), quien integraba la Primera Sala Civil.

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Compartimos algunas de las declaraciones de Juan Francisco Cruz, investigador del Observatorio Judicial, en radio Pauta.

Oxígeno a la Corte

«La figura del abogado externo tiene la potencialidad de que aporta una mirada distinta a los jueces por su práctica en el mundo privado. Dentro de los requisitos es tener experiencia en, a lo menos, 15 años en el ejercicio profesional con una carrera destacada o por sus trayectorias académicas», dice Juan Francisco Cruz, investigador del Observatorio Judicial.

¿Qué perfil querrá el Pleno ante los dos nuevos cupos?

Juan Francisco Cruz, del Observatorio Judicial, cree que sería interesante que a la Segunda Sala ingresara un abogado o abogada del mundo privado especialista en materia tributaria y que es el perfil que tenía María Eugenia Sandoval (que integraba la sala constitucional).

Asimismo, para la Tercera Sala Constitucional, Cruz estima que podría ser un o una especialista en dos temas que son importantes en este tribunal y «que aporte una mirada distinta: derecho medioambiental y temas urbanos».